Te irás,
tránsfugo, subversivo
enmudecido,
encolerizado
Pues el sol
después de haberse mantenido intacto
Baja a eso
de las siete,
Un poco
temprano para los amantes,
Demasiado
entendible para los taciturnos.
Y con ella
haremos danza de las caídas,
aquellos árboles que preparan la mudanza
volverán la
nostalgia de pronto, un poco acallada
y los
recuerdos con ella, caerán
en su lento
devenir
livianitas,
superadas.
Ignoro como
se arrancan las que se hallan en tu coraza,
En aquel
arbusto, que de la raíz a la palma,
Es un tronco
fuerte, hostil y aliviana,
Los deseos
ineludibles, feroces de cualquier mengana.
Quisiera
volverme otoño
Para poder
sumergirme,
en la niebla
matinal
en la suma
de los días
o también en
aquella diaria y alertargada huida,
de estos
amores que no tendrían son ni atavías
pero no
querés ser eterno
pero ignorás
cruzar la línea,
aquella fina
e imaginaria,
la que nos alargaría
la vida,
el verano
sin cuentagotas
la
prolongación de todo lo que se ha concluído
ahora que me
encontró
ahora que te
encontré
cuando eran
más de las siete,
y el naranjo
crespuscular recién se escondía.
Seamos efímeros en nuestra eternidad.
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