6 de noviembre de 2012

A primera vista


Fue tan solo un cosquilleo en la sien, una risa en el estómago, un simple tambaleo del firmamento en el que camino, y una fuerte sensación en los labios, una muchedumbre tan diversa y uniforme, un cielo grisáceo que lo enmarcaba todo allá arriba. Era el asombro de la inercia, la fugacidad en el alma de todos los minutos existentes, la sonrisa perfecta entre pequeños rayos de naranjos crepusculares, la mirada penetrante de una simpleza jamás percibida, la belleza del  tiempo reflectado en tus cabellos, y en tus mejillas. Simples parpadeos, nada más que un saludo, como si con eso bastara la vida que se funde entre los dedos, entre los deseos, entre un encuentro jamás encontrado, la emoción de lo instintivo, lo imperecedero.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario