el vértigo
el laberinto
el poema creando
el gemido cauteloso
sus dedos
invitando al sigilo.
se exaspera
la cama
el colchón
mis sentidos
el universo
que se veía en tu techado
la melodía
que brotaba de su beso.
el verano se
retrotrae divagando
el otoño
insiste en continuar su mudanza
el frío que
cala hondo
tu espacio
de luz que como vela se apaga
me perdura
la memoria
y se me
alarga el suspiro
se esfuma tu
imagen
en la niebla
en mis pupilas
en mis destinos
mengano
mengana
han
desaparecido.
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