Incógnito y
silenciado
a las
palabras llegaste
en el
intento presuntuoso
de volverme
oscilante
la
complicidad encendiste
jamás
forzado / menos petulante
y a la
combinación de lo complicado
más el
jolgorio de hallarte en la concepción misma
entre las
masas de gente alborotada
lograste
revolver el gallinero
simplemente,
avasallar la campiña
aquella indómita vertiente
de sed
acumulándose
vertió luego
el vaso lleno
quiso
entonces, ir a buscarte
bastaron
meses
sobraron
incertidumbres alucinantes
porque tu,
hombre sugerente
encandilaste
con tu ombligo
con tu
mirada de faro
tus ideales bien aguerridos
tus manos de
artesano
de ahí en
adelante
nada
lograría rescatarme
ni el sol a
medianoche
ni la luna
en pleno día
ya que luego
de haber titubeado
actuar se
convirtió en mi aliada
tu credo por
entonces
cedió al
tedio de la resistencia armada
¿O yo habré
cedido,
ante ninguna
otra escapada?
ahora te
quiero
ahora ignoro
salvavidas
tengo tus
besos [cuando se resecan mis labios]
tengo tus
deseos [hoy cuando nada fugaz he divisado]
pero no le
tendré nunca / aunque usted me tenga
no le
pertenece a nadie / aunque usted se tenga
pero yo te
quiero
Te quiero /
que significará eso al final de cuentas?
Te quiero /
efímero segundo en el que tu luz se proyecta.
Te quiero /
techumbre de universos, formas cóncavas convexas
más te estoy
queriendo / gracias mengana, gracias por el fuego
¿me querrás
tanto como para decirme aquello?
¿para qué
entonces un libro, si no nos remite a nuestros entuertos?
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