13 de abril de 2013

Balada para el músico

Tanto que sonajeas con tu guitarra,
ay, tanto que redunda con amenazas
ve y entonces voltéame por la espalda
desaparece de una vez
esta copa tan amarga.

si te vas, no reniegues de tus actos
si te vas, no me tienes ni por tanto
usted ya ha elegido el sendero transitorio
ya no hemos de coincidir
cuando el camino sea largo.

Y sufres por un amor que no te enreda
y me haces sufrir de paso, con su silencio
no me vengas a mi con las regañadientes
suspirando por un cariño poco sincero.

¡No me vengas, te lo reitero
con tus desdenes
que uno ha de recuperar
la traición a sangre, fulgor y duelo!

me culpas por tus acciones desenfrenadas
te caes y soy yo la que te sostengo
pa’ que luego me señales con el dedo
y me trates de imparcial 
de que ya no te quiero

te bendigo en esta melodía bendita de tus lamentos
termina ya de beberte aquel suspiro de vino muerto
y sale a divertirte con la chiquilla
que seguro ella debe quererte tanto más
que la madre de todos tus corderos

Y sufres por un amor que no te enreda
y me haces sufrir de paso, con su silencio
no me vengas a con las regañadientes
suspirando por un cariño poco sincero.

Ya que tanto sonajeas con tu guitarra,
deberías hacerme un último homenaje
hacerme a ella música de cantina
pa’ que llores, cada día
con aquel maldito entuerto.


















Sufrida como ella sola

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