7 de diciembre de 2012

No busque en mi.


No busque en mi, la primavera soñada
Las hojas recién cayeron, la estación está en la quebrada
y tus ojos entonces, encontrarán risas tañendo el alba.

Mengano, estas dulces palabras que resuenan mientras escribo;
no son más que tus primaveras con pájaros de nido,
libertades del mañana, igual que resplandores sin fulana.

¿Cómo busca pensamientos en la tierra fértil que apenas ha sido trastocada
 por el otoño
 por el silencio abrumante, 
o en las gotas que resuenan,
por el oxidado devenir de la mirada, 
por el zinc que toca en la mañana,
por la vida que se hace efímera en la llegada de tus llegadas

Mengano, pretende encontrarme como rocío después del alba,
hallarme como cual cómplice busca la huella indicada,
mas no entiende que si ha de acorralarme,
o de amarme mientras me halla, 
la seda se volverá entonces áspera, 
o quizá miel que se vuelve agua entre las yemas de sus lánguidas parsimonias,
dedos sutiles, manos que buscan el panal en las costas perdidas,
en los horizontes de la noche, como amantes de la luna,
del enigma.. de la insomnia.

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