21 de febrero de 2013

He dejado caer unos versos

















He dejado caer unas cuantas palabras
Como cuando se derrama el vino en el mantel oxidado
Latente y directo, armonioso y explosivo
Mientras el calor de la tarde, el cuentagotas de la cocina,
la música aletargada, la viejecilla y el don
Vencen el paso de las horas crepusculares.

He dejado recostarme en el colchón viejo de la tarde
Has aparecido en el instante de la siesta
Sumergiéndote en los rincones del silencio,
Cauteloso e imaginario,
Calladito y presuntuoso.

Y no es casualidad que el gigante amarillo se haya
Desolado,
Admirado
Sorprendido,
De su vana existencia en mi reticencia, porque
Queriendo o
No queriendo
He dejado caer unos versos,
Como el vino que se pierde en sus carnosos labios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario