Voy por un
sorbo de vino tinto
amansando su
candor en frutillas
tranquilitas
se posan sobre burdeo lago
templando la
mar, acariciando la tarde
apaciguando la
conciencia intranquila
reposando el
pensamiento desbordante.
entreabriendo
los labios
mancha el
tinto mis comisuras
colorea con
semejante tinto oscuro
mis divinidades
y toda aquella indómita vestidura
cual ultima
cena protagonizara
cual últimos
versos navegara
se enciende
mi semblante
enrojecidos pómulos
se despierta
el silencio abrumado
se me
adormecen los codos
ese tinto
cómplice y caluroso
me hace
desconocer
cuales son
mis demonios
mis pecados
en este punto
no son más que
inventos, simples alborotos
terminado el
último trago
recordé una
orilla de playa
un gemido
turbulento
y unas copas
de vino tinto
apaciguadas,
en pleno verano [ese torbellino]
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