26 de abril de 2010

• Desde del alma


Que dicha es tenerte y que placer adorarte,
como es de inmenso el alma y gigante el horizonte.
Llegaste vida, cuando más lo necesitaba y
de mis ojos tu belleza no puedo quitarme.

Como sueño despierta en el aire, 
respirando tu aliento rebosante,
si en mis manos inspiras ternuras...
Y en estos versos un deseo de locura.

Mi corazón ha sido embriagado, 
por tu sincero amor de cuentos olvidados,
como revivo las palabras verdaderas,
como camino a tu lado, simplemente sin barreras.



En los momentos en que más te necesito, te escribo.
Te Amo.

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