Sentada en el mismo rincón de siempre, mirando la ventana hacia el horizonte cotidiano y tedioso. Los umbrales de esta habitación ya pesan de tanta nostalgia y soledad angustiante, el minutero de ese reloj eterno no cesa de contar sus números extraños, nada en este lugar me parece coherente, ni siquiera mis murmullos suenan decentes.
Has cerrado la puerta de mi presente, y el pasado fluye por todos los rincones; huiste como la luna al esconderse tras el amanecer, dejaste entre tantas cosas , tu equipaje, tus ropas, tus vivencias y tus recuerdos. En mi boca derramaste tu adiós, que me sonó a orgullo, a egoísmo y a hiel. Nada se comparaba con tu alma, alma maldita y caprichosa que embriagó mi ser.
Yo simplemente callo mi obsesión y no puedo olvidarlo..¡No, es imposible!, ante otras miradas seré firme y luchadora, y frente a mi conciencia soy un puñado de mentiras, de momentos al aire, de suspiros por dentro. Espanto mis miedos para encontrarte, sea donde sea y no importa la manera, solo interesa divisarte, contemplar tu silueta, tus viejas glorias, tu ayer conmigo… Tu simplemente nada.
La luz de esta oscuridad me encandila, y estando en este sinismo es imposible no quererte, inevitable no amarte. Si eres como la droga que agudiza mis sentidos, la pasión que desencadena todo escándalo posible, y más aún, la ilusión de mis primeros años, en donde tus amargas palabras, Perdición.solo eran una dulce miel.
No importa dónde te hayas quedado, que sabia hayas tomado, pues solo vivo por ti y por ti me quedo en este silencio. Porque todos los días, me quedo sentada en este rincón, mirando hacia el mismo horizonte de siempre, esperando a que tus manos me tomen y a que tus brazos rodeen mi efímera existencia, mi sutil respiración.