• La historia del hombre que soñé y que no tendría jamás III

Los primeros rayos de Sol iluminaban el mes de Octubre, y la felicidad de mis pupilas desaparecerían de mí... Como iba a saber que ya nada me sorprendería, que el miedo fuera a invadir mi mente que ya danzaba entre momentos de fantasías y la realidad, que por última vez, me daría un golpe bajo de aquellos.

Ya nada era igual, aquella persona por quién me arriesgué hasta el último momento y amaba en total desmedida, me hablaba a lo lejos, y solamente por cumplir; mis intuiciones que siempre adivinaban todo, sabían que el fin... era inevitable; y si era mi culpa ¿Qué debía hacer?, si mi corazón se encontraba en un dilema que nada lo resolvía. Así, entre tantas preguntas sin responder, se fue para siempre y sin explicaciones. Aquella noche viví con el insomnio a mi lado, intentando entender como había llegado a este punto. Decía amarme, pero me dejó, con las palabras en el aire y el corazón derrotado, el cual comprendía que había pasado conmigo... Eso era comprobado con el temple que demostré desde que no estaba más, hasta que un día de manera inexplicable... Me cansé de la espera eterna de un "hombre" que el orgullo encerraba su vida y lo dejaría en perdición. Lo mío era otra historia, como en sueños idealizados, de hadas y príncipes reales, de esos eran. 

Yo no merecía tanta dicha, tal vez realmente estaba escrito en el sendero de mis sueños hecho realidad, o momentos que hasta aquel entonces, solo el callado pensamiento conocía. Si el haberme alejado de mi codiciado amigo había sido una mala decisión, pronto sería la mejor manera de haber actuado, porque realmente... Mi vida cambiaría inmensamente...Y ya no quiero esconderlo más, porque ese hombre contaba hasta con el nombre hermoso, que llevaba por Alvaro.

Si bien, yo no conversaba tanto con él, luego de mi actual situación, volvimos a comunicarnos, sin dejar de lado a la molestosa chusma que siempre lo acompañaba, me sentía a gusto porque me hacía reir y por dentro alimentaba esa simple confusión que ya no era más que un mudo y atrayente instinto. Siempre con esa mirada tan irreal alegraba aquellos días distintos, aunque solo me mirara otra vez como una amiga...

Eterno se hizo el tiempo, cuando no me acercaba a hablarle y ahora corto se volvía cuando en excasos minutos lo encontraba, abrazado de muchas, a quienes mi querido amigo le robaba el sueño, igual que a mí... Con la diferencia que yo lo simulaba, mientras mi camino tomaba un vuelco inesperado.

Con la dicha en mi camino y con el gran sol que iluminaría mis días después de semejante diluvio... Las horas siguientes me regalarían los mejores e inolvidables sueños hechos realidad. Un día miércoles, la frágil primavera inundaba todos los rincones, esperando a que Alvaro se apareciera por uno de esos lados.

A lo lejos lo divisaba, su característica altura y tranquilidad para caminar lo daban por aludido. Voy a su encuentro y me inmerso en su abrazo, cual sensación se tornaba intimidante. Aquel día saldríamos a dar un paseo, a caminar sin rumbo... Pues yo no sabía a donde iríamos, en donde por primera vez, me entregaba a su intrigante enigma...

Llegamos a una plaza, cuyos árboles mitigan el calor que asoleaba la mitad del mes de Octubre. Nos quedamos en una improvisada banca... En donde comenzamos la historia más inimaginable de todas, a espanto de muchas y a gran dicha de mi persona. Ahí estaba él, con sus palabras que me hipnotizaban. Sus manos jugaban con las mías y sus abrazos me acercaban inductivamente hacia él, cuando me enlazaba a su hombro, mil mariposas fluían por mi interior, el corazón pedía agritos ser sanado por un hombre tan sensato y tan anhelado, como aquel que en mis sueños estaba, pero que hoy en mi consciente realidad se encontraba.

Bastó un segundo más para perderme en su mirada, para cerrar mis ojos y encontrarme en el cielo... Y sus labios suavemente rozaron los míos. Mis manos tomadas por las suyas, hacían evidencia de mi nerviosismo. Desde aquel episodio, descubrí que realmente el destino guaraba muchas bondades con el alma embriagada de satisfacciones, cual eternidad me ha acompañado 6  meses... Junto a quien es hoy, el Hombre que me salvó de las penurias que en mi ser se hallaban, El príncipe que se acercó a mi sendero era el que soñaba, ese imposible amor; Y hoy nada me despertará de mi dormido trance enamorado, porque su seductora alma encontró su igual, su Mitad...

 

Ésta historia no tenía un fin, sino un hermoso comienzo; 

una etapa distinta y plena junto al hombre que no tendría jamás

y que por gracia y obra de la vida, es tan Mío como nunca lo 

pudo haber sido, Tú,  Mi Amor.

Te Amo.

Más que claro el protagonista.